“Virgencita… Virgencita”: Generación Baby Boomer
Por: Jesús Labrador. Director Master Universitario en Recursos Humanos de lCADE – Universidad de Comillas
Cuando era pequeño, y de eso hace muchos años, iba al pueblo y las personas mayores me avisaban de lo peligrosos que eran los braseros, daban calor, pero podían adormecer y luego matar.
Cuando escucho a miembros de mi generación que trabajan, y lo hacen con lealtad y dedicación, en una organización desde hace muchos años, me hacen recordad el temible brasero y ese ambiente cómodo y sofocante que generaba.
Después de tantos años, sacrificios y obstáculos los que tenemos más de 55 no queremos más líos. Frente a la ambición y curiosidad que supone aprender nuevas herramientas, preferimos hacer las cosas como siempre. Frente a demandar más y mejor formación a la compañía, preferimos creer que ya sabemos todo lo necesario. Frente a tener curiosidad por otras funciones y puestos, nos ocupamos en crear barreras defensivas para que nadie se atreva a interpelar los nuestros. O, simplemente, frente a buscar a los jóvenes para tomar el café de la mañana, solemos mirarles desde el estereotipo, y el miedo.
Estamos cansados y buscamos la comodidad, la tentación de no meterse en líos es muy atrayente. Es fácil escuchar, escucharnos, describir las ventajas que supone el que nos dejen tranquilos.
Tranquilidad que puede llegar a ser como esa mala combustión que genera monóxido de carbono que adormece con una agradable sensación…letal.
“Llegados a este punto…virgencita virgencita que me quede como estoy”. Me temo, que en los tiempos que corren, este es un monóxido de carbono muy peligroso.