Cómo gestionar la presencia de distintas generaciones en la empresa

Cómo gestionar la presencia de distintas generaciones en la empresa

Publicado por El Economista:| 31 de Marzo del 2016 : por Sérvula Bueno

Las compañías presentan plantillas cada vez más heterogéneas en lo relativo a la edad. No es raro encontrar entre tres y cinco generaciones conviviendo en la misma coyuntura laboral: baby boomers -nacidos durante las década de los años 40, 50 y 60 del siglo pasado-, generación X -de 1963 a 1980-, así como la generación Y -entre 1980 y 1995-. No obstante, en algunas organizaciones pueden percibirse otros colectivos como los senior y veteranos, o los nacidos a partir de 1995 -la conocida como generación Z-.

Ninguna de ellas tiene el mismo modo de trabajo, formas de proceder y conocimientos. De ahí que sea fundamental conocer sus necesidades para poder gestionarlas de manera exitosa. «Son numerosas las dificultades a las que deben enfrentarse. Por ejemplo, la generación Y, la mejor preparada de España, debía haberse incorporado al mercado de trabajo durante la crisis económica, pero muchos de sus miembros han encontrado las puertas cerradas. Por su parte, la generación X, que vio cómo sus padres desarrollaban una carrera ascendente, esperaba tener ese mismo progreso, pero no lo están consiguiendo y acaban trabajando únicamente para vivir, sin ningún tipo de compromiso o motivación», explica Elena Cascante, socia directora del Observatorio Generación & Talento, enfocado a la investigación, análisis y formación en materia de diversidad generacional. «A los baby boomers se les ha desvinculado de las empresas. Sin embargo, no se puede prescindir de la experiencia y cualidades de las personas senior», puntualiza.

Necesidades para coexistir

Según un estudio elaborado por Ricoh, compañía tecnológica global especializada en equipamiento digital para la oficina, más de la mitad de los empleados entrevistados, en concreto el 52%, declara que las empresas no consiguen cubrir las necesidades de las distintas generaciones que coexisten en un mismo lugar de trabajo.

Sin embargo, saber satisfacer las demandas de todos los empleados debería ser un objetivo prioritario en los departamentos de recursos humanos. «Mientras los trabajadores más jóvenes reivindican nuevas formas de trabajo y no comprenden que el indicador de productividad sea la presencia y no la obtención de objetivos, aquellos que pertenecen a la generación X deben poder escalar horizontalmente para satisfacer su deseo de progreso, en caso de no poder hacerlo de manera vertical», señala Cascante.

El informe revela también que el 65% de los encuestados reconoce la existencia de diferencias fundamentales en la forma de trabajar de los miembros de cada generación. De hecho, la tecnología constituye uno de los rasgos diferenciales de estos grupos de profesionales tan heterogéneos. Los nativos digitales, incorporación clave en las empresas hoy en día, pueden ser percibidos como una amenaza por parte de los trabajadores más veteranos, cuyas habilidades tecnológicas y ofimáticas no están tan desarrolladas.

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Facilitar la convivencia

Resolver las disputas que se generan entre personas de distinta edad en el ámbito laboral es clave para las empresas. De hecho, aunque los miembros de la generación Z apenas se han incorporado al mercado de trabajo, ya se prevén conflictos cuando llegue el momento. Al hilo de lo anterior, el estudio elaborado por Ricoh refleja que el 35% de los entrevistados de más edad anticipa que las tensiones en el lugar de trabajo aumentarán con la llegada de este colectivo a la empresa.

En este sentido, los departamentos de recursos humanos tienen en su mano la labor de facilitar la convivencia y el conocimiento de estas generaciones. «Los asalariados que llevan más tiempo en la empresa deben tener una actitud abierta ante la incorporación de empleados jóvenes y no deben verlo como un peligro, sino como un modo de aprender», revela Carme Castro, coach y socia de Kainova, empresa especializada en la gestión y desarrollo de las personas.

«Por su parte, a las personas que dirigen un grupo de trabajadores mucho mayores que ellos, este hecho les genera respeto, pero al ser jóvenes, son más cercanos y transparentes y pueden reducir las barreras protocolarias entre jefes y subordinados», añade Castro. De este modo, en un futuro cercano la diversidad de generaciones se percibirá como una situación habitual y enriquecedora, así como un fuerte activo y rasgo distintivo de las organizaciones.

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